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¡Feliz Navidad!

De parte mía y de todo el equipo de la academia queremos desearos a todos y cada uno de vosotros una muy feliz Navidad.

Para muchos estos días son de reencuentros familiares, de regalos, de comidas y de jugar con niños rebosantes de ilusión, pero también quiero acordarme -muy especialmente- de los que este año tenéis una silla vacía, de quienes vivís con una mezcla de culpa y resignación por no haber podido alcanzar todos vuestros objetivos para este año -o quizá los más importantes- y de quienes este año no ha ido como habríais querido o como esperabais que fuera.

La Navidad es más que los regalos, es más que las comidas, es más que las luces y es más que simplemente el estar juntos y compartir.

La Navidad es esperanza. La primera navidad es la esperanza de que aquél niñito sería el Salvador a través del cual las personas podríamos reconciliarnos con Dios, y ya sea que creas que esa historia es real o cuentos de viejas, el mensaje de la Navidad hoy en día sigue siendo el mismo.

  • La Navidad es la esperanza de que las cosas pueden estar terriblemente mal pero la luz puede volver a brillar en mitad de las tinieblas. Por eso llenamos todo de luces, para representar que una nueva esperanza alumbra nuestra noche.
  • La Navidad es la esperanza de que las personas aunque seamos en general egoístas, individualistas, peseteros y miramos sólo por lo de cada uno, también sabemos dar, sacrificarnos por otros, y pensar en lo que otra persona puede querer o necesitar. Por eso damos regalos, para representar que todavía se puede esperar algo bueno de otra persona a cambio de nada.
  • La Navidad es la esperanza de que no estamos solos en esta vida. Sean familia con lazos de apellidos y ADN o familia que va mucho más allá de la sangre, sabemos que siempre hay alguien ahí a quienes estamos unidos por un vínculo especial que va más allá de lo racional. Por eso nos gusta compartir tiempo con los que queremos, porque sabemos que aunque las cosas se pongan mal, algunas personas estarán ahí pase lo que pase.

¿Qué tiene esto que ver con las oposiciones? Nada. Y todo. Las oposiciones son algo que nos da esperanza de poder cambiar aspectos laborales, económicos y en consecuencia vitales y familiares. Pero también requieren de una dosis enorme de esperanza en la receta. El camino del opositor está lleno de personas y situaciones que intentan minar esa esperanza y convertirla en miedo para debilitaros en el momento de la verdad.

El miedo y la esperanza son dos perros que tenéis viviendo en vuestro interior y que están peleando constantemente, y ganará aquél que alimentéis más y mejor… ¡Aseguraros de que esta Navidad alimentáis vuestra esperanza igual o mejor que vuestro estómago!

De corazón, ¡Feliz Navidad!

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