Oposiciones ActurTenemos que dar la enhorabuena a Esther, que sacó su plaza de Auxiliar Administrativa del Ayuntamiento de Zaragoza en la última convocatoria. Hace un año por estas fechas estaba pasando por las mismas batallas por las que estáis ahora los que vais a este examen del día 1 de junio, y su historia también es una de superación y constancia.
Y es que a pesar de machacar las FLASHCARDS, de aprobar exámenes en otros procesos como la DPZ y de conseguir dominar bien las partes más duras del temario en la convocatoria de 2023 no fue convocada a la prueba de informática.
Después de que aquél proceso de 2023 se retrasara tanto como se retrasó y con todas las cargas laborales y familiares que llevaba encima -como lleváis todos-, llegó un punto que «ya no sabía de dónde sacar fuerzas”. Y sí, también llegó el momento de “me quería morir”.
Pero en lugar de eso, Esther tomó la decisión adecuada, que es descansar unos días, y después reorganizarse y volver a la batalla con más fuerzas. En el proceso de 2024 siendo concurso-oposición, sabía que tenía que sacar una buena nota en la fase de oposición para poder tener opciones, así que se puso manos a la obra.
Y sí, ella también lo pasó mal en simulacros, como os está pasando a todos estos días. Sensaciones como “no me entra nada más”, “llevar un batiburrillo en la cabeza”, “no sé qué hago mal” fueron cosas con las que tuvo que aprender a batallar. Como también el quedarse en la calle después del proceso de 2023 y pasar por momentos de apretarse el cinturón. Pero a todo ello supo enfrentarse y sobreponerse para no cesar nunca en la lucha por su plaza.
Y es que en este proceso la preparación psicológica fue fundamental, tanto en la prueba jurídica como para la prueba de informática. No se lucha solo contra el temario, se lucha contra todo lo que todos llevamos dentro que en ocasiones nos impide avanzar y nos boicotea desde dentro. Los miedos, las inseguridades, la presión, y toda la galaxia de emociones que suponen la oposición fueron también el día a día de Esther, como de todos vosotros.
Recuerdo que Esther literalmente estaba temblando cuando empezaron a oírse historias extrañas con el cambio de criterio sobre la autobaremación de la experiencia en el pasado proceso de concurso-oposición porque le afectaba directamente.
Pero a pesar de todos los miedos y de todos los momentos de bajón, aquí está, como funcionaria de carrera con su plaza en el Ayuntamiento, y hoy su historia sirve de faro a todos los que estáis todavía en mitad de la tormenta, para demostraros que se puede. No es fácil, pero se puede.
¡Enhorabuena Esther!
