¿Habías visto esta metáfora del iceberg antes? Es bastante popular, pero no por ello menos relevante. Es una representación gráfica genial del camino en el que estáis (estamos) metidos.
No existen recetas mágicas para el éxito. No hay píldoras milagrosas. No hay atajos.
El que os diga que podéis alcanzar todos vuestros sueños con solamente desearlo con muchas fuerzas, con un producto milagroso y express que os soluciona todos los problemas, o en definitiva con cualquier otra cosa que no sea esfuerzo, trabajo, sacrificio, dedicación y constancia, os está vendiendo una moto.
Y, como ya he puesto alguna vez en este blog, aquí no vendemos motos. Preferimos que sepáis lo que cuesta alcanzar el objetivo, y que en base a eso toméis una decisión consciente y racional de emprender este camino.
Así que para tener un perpetuo recordatorio la he mandado a imprimir en metacrilato y la tenemos ya colgada en la academia… la próxima vez que vayas a por apuntes echa un vistazo 😉

Me encanta esta metáfora porque nos ayuda a ver que todo lo que hay por debajo es un paso necesario e indispensable para que exista lo de arriba. Las dudas, las críticas, los momentos de bajón, los sacrificios de otras cosas que dejamos de lado para perseguir la meta, y todo lo que conlleva el luchar por un sueño es parte indispensable para poder alcanzarlo.
¿Sabéis qué? Llegará el día en que vuestro esfuerzo, trabajo y sacrificio dé sus frutos, y ese día, muchos os mirarán y dirán “¡qué suerte ha tenido!”, “¡qué bien se lo ha montado!”, “la ha sonreído la vida”, y frases por el estilo. Os lo digo por experiencia. Ese día, por cortesía y educación responderéis un humilde “gracias”, pero por dentro, sonreiréis con orgullo hacia vosotros mismos, porque sabréis que todo lo que hubo detrás no fue simplemente el azar.
Os dejo la imagen por si la queréis guardar y tenerla a mano, es un fondo de pantalla para el móvil estupendo.
